La importancia de ser niña(o)
- Luis Angel Carrillo
- 29 abr
- 2 Min. de lectura

Ser niña(o) es mucho más que una etapa de la vida; es la chispa que enciende la imaginación, la raíz de los sueños y el origen más puro de la esperanza. Ser niño es ver el mundo con ojos grandes, curiosos, que descubren magia en lo cotidiano, que encuentran aventuras en el parque, héroes en los maestros y amor en los abrazos. En la niñez aprendemos a reír sin miedo, a caer y levantarnos con una sonrisa, a preguntar sin filtros y a confiar sin reservas.
Es en la infancia donde se forma el alma, donde el carácter comienza a moldearse, y donde cada palabra y cada gesto dejan huellas profundas y duraderas. Por eso, ser niño no es solo importante: es sagrado.
Celebrar el #DíadelNiño es más que dar regalos o hacer juegos; es detener el tiempo un momento para honrar la inocencia, la alegría y la libertad que solo un niño puede enseñarnos. Es recordar que alguna vez todos fuimos pequeños, y que aún dentro de nosotros vive esa versión que soñaba sin límites, que creía en lo imposible y que encontraba belleza en lo simple.
Hoy, más que nunca, necesitamos proteger ese pedacito de infancia que vive en cada niño del mundo. Necesitamos cuidarlos, escucharlos, respetarlos y darles el derecho a ser felices, a equivocarse, a jugar, a imaginar. Porque en sus manos no solo está el futuro: también está el presente más honesto que tenemos.
A cada niño, gracias por enseñarnos a vivir con el corazón abierto. Gracias por recordarnos que la vida puede ser un juego, una canción, una caricia. Hoy celebramos su existencia, su alegría y su luz. Y más que todo, celebramos la importancia de ser niño… porque ser niño es, sin duda, lo mejor que le puede pasar al mundo.
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